Había una vez una niña. Había una vez todo un COLEGIO entero. Había una vez una directora Mónica. Había una vez unas MAESTRAS DE LA VIDA: Rosa, Fabiana y Ana. Y todos los profesores, (música, educación física, inglés, catequesis). Había una vez también, un grupo de 20 niños únicos. Y había una vez una familia eternamente agradecida a todos y cada uno de los mencionados.
Es que no tengo palabras para agradecer tanto cariño a Agostina, a nosotros, tanta dedicación y amor. Tanto agradecimiento hacia Uds.
Agradezco cada día que Agos compartió con todos. Cada logro y cada mimo…
Gracias por honrar la Educación, por incluir y respetar las diferencias y aceptarlas, por hacer de este respeto la base de todo lo demás.
Gracias por cada detalle, a cada uno de Uds.